El ingeniero de minas Shufelt y su equipo encontraron la ciudad mientras hacían excavaciones se introdujeron la sonda en una mañana soleada como una introspección para encontrar pozos y . La sonda llegó a unos 76 metros y por rayos X y otros procedimientos de búsqueda captaron grandes túneles y objetos extraños.
Quedaron estupefactos. Una extraña vibración rodeaba el lugar, un magnetismo u ondas anómalas que les hacían sentirse de una manera inconfortable. Shufelt percibía algo terrorífico en el lugar La intuición del ingeniero de minas les hizo empezar a cavar con potentes máquinas perforadoras en una zona mítica de Hollywood, cerca del famoso Sunset Boulevar, Spring Street y Brodway Norte. Según iban avanzando la expectación aumentaba.
Se dice que iban encontrando tesoros de los que jamás se ha llegado a hablar. Iban apareciendo aliens, objetos, estatuas, túneles, y 37 planchas doradas con inscripciones no humanas… Las planchas fueron fotografíadas , pero han sido ocultadas al público por los illuminati.
Shufelt abía leído leyendas y Los hopis le habían contado que esta ciudad fue creada por los reptilianos para oír de catástrofes y fuegos hace unos 5000 años (seguramente era anterior, esto corresponde a recuerdos parciales de la leyenda hopi; estas cuevas son de Lemuria y pueden tener más de 100.000 años).
Posteriormente todos los datos dados a Shufelt fueron confirmados….¡y por supuesto ocultados!. ¿Alguién había oído hablar de esta historia alguna vez?. ¡No, seguramente …no!.
Algunas informaciones eran deducciones de Shufelt extraidas de su radar y sónar, otras a excavaciones reales, pero las autoridades se negaron a hacer excavaciones ulteriores y el tema fue “sepultado”.
La información luego fue distorsionada para despistar y para que parecieran especulaciones, algo que siempre ha ocurriado en la arqueología prohibida, cuyo conocimiento haría crepitar y cambiar los pilares de nuestra PREFABRICADA CULTURA de baratillo.
La información luego fue distorsionada para despistar y para que parecieran especulaciones, algo que siempre ha ocurriado en la arqueología prohibida, cuyo conocimiento haría crepitar y cambiar los pilares de nuestra PREFABRICADA CULTURA de baratillo.
El equipo contenía la respiración y tenían miedo de lo que iban a encontrar. Llegaron a detenerse y consultar al Dr. Shufelt qué deberían hacer, antes de comunicar el hallazgo a la humanidad, a las autoridades.
Alcanzaron más de 360 metros topando con un túnel tras otro, excavados perfectamente en la piedra con tecnología desconocida y con un sospechoso parecido a las celebérrimas catacumbas de Capadocia, hasta ahora un enigma para la arqueología.
LA LEYENDA HOPI Shufelt seguía instrucciones de indios hopi que les habían hablado de estos seres reptiles y de la existencia de esta ciudad. Los indios hopi de Arizona, que también predicien cataclismos y una glaciación, hablan en su mitología de los Bakti, los caidos del , los anunnaki de América…es decir esta gentuza aparece en todas las mitologías de la tierra. En África los llaman Chitauris y en y , Jinns , jian -shi o dragones y siempre están asociados con la realeza, demonología y/o los vampiros. Y esta conexión no es casual, como no es casual que aparezcan de vez en cuando leyendas culturales de reyes o aristócratas vampiros, como el Conde Dracula o Vlad Tepes o la condesa psicópata lesbiana bebe sangre húngara, Erzebet Bathory.
LA LEYENDA HOPI Shufelt seguía instrucciones de indios hopi que les habían hablado de estos seres reptiles y de la existencia de esta ciudad. Los indios hopi de Arizona, que también predicien cataclismos y una glaciación, hablan en su mitología de los Bakti, los caidos del , los anunnaki de América…es decir esta gentuza aparece en todas las mitologías de la tierra. En África los llaman Chitauris y en y , Jinns , jian -shi o dragones y siempre están asociados con la realeza, demonología y/o los vampiros. Y esta conexión no es casual, como no es casual que aparezcan de vez en cuando leyendas culturales de reyes o aristócratas vampiros, como el Conde Dracula o Vlad Tepes o la condesa psicópata lesbiana bebe sangre húngara, Erzebet Bathory.
Los lagartos eran una civilización muy avanzada y tenían una oculta para excavar túneles con ciertas sustancias químicas y otros procedimientos como teletransporte y levitación de rocas y objetos desde otras dimensiones. Las ciudades albergaban a unas 1000 familias.
Estos rituales han sido secretos y siempre se han hecho desde Babilonia por las Élites o illuminatis. Hoy en siguen haciéndolos igual, pero algunos que escaparon de ellos como la esclava mkultra Arizona Wilder o Clotilde Bersone en el siglo XIX lo han hecho público. Es tan increíble, que nadie lo cree, pero es real , como bien a difundido David Icke. Los Angeles (California) 1934. Un ingeniero, G. Warren Shufelt, y algunos ayudantes excavan un pozo de 76 metros de profundidad en North Hill, cerca de Sunset Boulevard. Shufelt está convencido de que estos sondeos acabarán por darle a una red de galerías y subterráneas olvidadas mucho antes de que los indios habitaran California: los de una antigua ciudad del mítico Pueblo Lagarto. Equipado con una “radio de rayos X” de su invención, el ingeniero afirma ser capaz de localizar e incluso captar imágenes de lo que yace bajo toneladas de roca en el subsuelo de Los Angeles. De hecho, el proyecto originalmente era una prospección de oro utilizando el invento, capaz de discriminar minerales a distintas profundidades.
En 1933, iniciadas las exploraciones, Shufelt descubre con extrañeza lo que parece ser una red de cámaras huecas bajo el centro de la ciudad, desde la Biblioteca Pública al Monte Washington y del Museo del Sudoeste a Pasadena. Ni corto ni perezoso, mapea el laberinto de túneles y cámaras y acto seguido lo registra con un copyright a su nombre.
Durante la investigación posterior, el ingeniero descubre las leyendas de las tribus amerindias relacionadas con el pueblo perdido de los Lagarto, conocidos con diferentes nombres por varias tribus: para los Kiowa eran Bo’dalk’ ifiago, “El Pueblo Reptil” o “La Gente Serpiente”. No queda claro si este era un nombre totémico o realmente no eran humanos. La leyenda -narrada a Shufelt por el jefe Hoja de los Hopi de Arizona- detallaba la existencia de tres grandes capitales en la costa del Pacífico, destruidas por una lengua de fuego “que del Sudoeste destruyendo todo a su paso” (los indios mencionan el cráter Winslow como restos de aquella catástrofe). Los supervivientes reconstruyeron la ciudad bajo tierra para evitar futuras aniquilaciones, usando potentes químicos para excavar la piedra en lugar de cinceles y martillos.
El Pueblo Lagarto, muy avanzado tecnológicamente, desapareció con el tiempo -supuestamente envenenados por gases subterráneos- pero dejaron una enorme biblioteca consistente en tabletas de oro de escritura conteniendo la suma del saber histórico de su raza, atestiguando su propia cultura y los orígenes de la humanidad. Salas de almacenamiento llenas de estos libros de oro serían las que activaron los sensores de la máquina de Shufelt haciéndole descubrir las estructuras subterráneas.
También descubrió que partes de la red estaban inundadas, sin duda debido a terremotos y desplazamientos del suelo acontecidos en incontables épocas pasadas. Así pues en 1934 obtiene todos los permisos necesarios para excavar el pozo principal. El proyecto es estrella en los periódicos; en febrero alcanzan más de 106 metros. Pero… El 5 de marzo los pozos son rellenados apresuradamente y el con la ciudad de Los Angeles se rescinde.
No vuelve a emitirse ningún comunicado sobre el proyecto, y varios proyectos federales empiezan a erigirse en torno al Ayuntamiento. Hacia 1947 unas declaraciones de la de de L.A. insinúan que “es bastante posible que ese laberinto existiera. Pero dado el actual desarrollo de proyectos -incluyendo edificios federales, estatales y del condado- hay pocas posibilidades de que futuras excavaciones puedan autorizarse“. LA PRUEBA DE LA INCREÍBLE NOTICIA PUBLICADA EN LOS ANGELES TIMES
George Warren Shufelt desaparece del mapa y nunca más hace pública hasta su muerte en noviembre de 1957. No hay información alguna posterior referente a los (supuestos) hallazgos del ingeniero.
Estos rituales han sido secretos y siempre se han hecho desde Babilonia por las Élites o illuminatis. Hoy en siguen haciéndolos igual, pero algunos que escaparon de ellos como la esclava mkultra Arizona Wilder o Clotilde Bersone en el siglo XIX lo han hecho público. Es tan increíble, que nadie lo cree, pero es real , como bien a difundido David Icke. Los Angeles (California) 1934. Un ingeniero, G. Warren Shufelt, y algunos ayudantes excavan un pozo de 76 metros de profundidad en North Hill, cerca de Sunset Boulevard. Shufelt está convencido de que estos sondeos acabarán por darle a una red de galerías y subterráneas olvidadas mucho antes de que los indios habitaran California: los de una antigua ciudad del mítico Pueblo Lagarto. Equipado con una “radio de rayos X” de su invención, el ingeniero afirma ser capaz de localizar e incluso captar imágenes de lo que yace bajo toneladas de roca en el subsuelo de Los Angeles. De hecho, el proyecto originalmente era una prospección de oro utilizando el invento, capaz de discriminar minerales a distintas profundidades.
En 1933, iniciadas las exploraciones, Shufelt descubre con extrañeza lo que parece ser una red de cámaras huecas bajo el centro de la ciudad, desde la Biblioteca Pública al Monte Washington y del Museo del Sudoeste a Pasadena. Ni corto ni perezoso, mapea el laberinto de túneles y cámaras y acto seguido lo registra con un copyright a su nombre.
Durante la investigación posterior, el ingeniero descubre las leyendas de las tribus amerindias relacionadas con el pueblo perdido de los Lagarto, conocidos con diferentes nombres por varias tribus: para los Kiowa eran Bo’dalk’ ifiago, “El Pueblo Reptil” o “La Gente Serpiente”. No queda claro si este era un nombre totémico o realmente no eran humanos. La leyenda -narrada a Shufelt por el jefe Hoja de los Hopi de Arizona- detallaba la existencia de tres grandes capitales en la costa del Pacífico, destruidas por una lengua de fuego “que del Sudoeste destruyendo todo a su paso” (los indios mencionan el cráter Winslow como restos de aquella catástrofe). Los supervivientes reconstruyeron la ciudad bajo tierra para evitar futuras aniquilaciones, usando potentes químicos para excavar la piedra en lugar de cinceles y martillos.
El Pueblo Lagarto, muy avanzado tecnológicamente, desapareció con el tiempo -supuestamente envenenados por gases subterráneos- pero dejaron una enorme biblioteca consistente en tabletas de oro de escritura conteniendo la suma del saber histórico de su raza, atestiguando su propia cultura y los orígenes de la humanidad. Salas de almacenamiento llenas de estos libros de oro serían las que activaron los sensores de la máquina de Shufelt haciéndole descubrir las estructuras subterráneas.
También descubrió que partes de la red estaban inundadas, sin duda debido a terremotos y desplazamientos del suelo acontecidos en incontables épocas pasadas. Así pues en 1934 obtiene todos los permisos necesarios para excavar el pozo principal. El proyecto es estrella en los periódicos; en febrero alcanzan más de 106 metros. Pero… El 5 de marzo los pozos son rellenados apresuradamente y el con la ciudad de Los Angeles se rescinde.
No vuelve a emitirse ningún comunicado sobre el proyecto, y varios proyectos federales empiezan a erigirse en torno al Ayuntamiento. Hacia 1947 unas declaraciones de la de de L.A. insinúan que “es bastante posible que ese laberinto existiera. Pero dado el actual desarrollo de proyectos -incluyendo edificios federales, estatales y del condado- hay pocas posibilidades de que futuras excavaciones puedan autorizarse“. LA PRUEBA DE LA INCREÍBLE NOTICIA PUBLICADA EN LOS ANGELES TIMES
George Warren Shufelt desaparece del mapa y nunca más hace pública hasta su muerte en noviembre de 1957. No hay información alguna posterior referente a los (supuestos) hallazgos del ingeniero.